El currículum vitae, algunas ideas
Un currículum vitae mal redactado o mal estructurado puede convertirse en el peor enemigo de nuestras posibilidades de encontrar empleo.
Evidentemente, no hay nada como poder presentar un currículum vitae bien nutrido de experiencias y conocimientos, pero incluso quienes dispongan de tales experiencias y conocimientos podrían sabotear sus propias posibilidades si no saben vender su mercancía.
Un currículum no es una redacción escolar sobre tus capacidades, tus “malas” experiencias anteriores o sobre las cosas que más te gusta hacer fuera del trabajo.
Estructura la información. Tres grandes bloques deben ser suficientes para la mayoría de currículums, a saber: perfil personal, perfil académico, perfil profesional.
Sé breve, conciso, expón solo lo imprescindible, no aburras, no canses. Para conseguir esto, una buena prueba es leer en voz alta el currículum que acabas de redactar. Si te ayuda, hazlo delante de un espejo. Verás qué fácil es detectar lo que sobra y lo que falta. Si el resultado final te parece aceptable, tendrás más posibilidades de que a otro también se lo parezca. Ten en cuenta que los entrevistadores normalmente son muchísimo más exigentes que uno mismo. Y en estos tiempos que corren no van a leer currículums pesados o muy largos, al menos no en una primera fase de descarte.
No pierdas de vista el objetivo. Está claro que tu objetivo es conseguir el empleo, por lo que tu currículum solo es una herramienta y no un fin en sí mismo. Si para tareas distintas utilizamos herramientas distintas, para ofertas distintas podemos utilizar currículums distintos. Prepara distintas formas de presentar la misma información, ya que en función de la oferta es probable que resulte más interesante hacer hincapié en unos aspectos de tu historial o de tus preferencias profesionales antes que en otros.
No mientas más que en aquello que, si no es verdad hoy, lo puede ser en breve o está en tu mano realizar con un poco de esfuerzo y dedicación. El currículum que entregas hoy puede no ser leído o tenido en cuenta hasta pasado un tiempo. Las mentiras en el currículum son detectadas más pronto que tarde y juegan siempre en contra del candidato mentiroso, desacreditándolo de forma determinante.
